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Entrena a tu perro con nosotros

Creo en el adiestramiento canino como uno de los mejores medios para conectar con nuestros perros, general confianza, y crear entendimiento mutuo... ¡todo esto mientras nos divertimos!

¿Querer aprender más? ¡Sigue leyendo!

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Un plan de entrenamiento a medida para ti y tu perro

Porque no hay dos perros ni dos familias iguales, en M·Power Dogs diseñamos planes de adiestramiento a medida que se adaptan a las necesidades individuales de cada perro y cada familia.

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Resultados duraderos

A través de ejercicios que fortalecen las capacidades emocionales, sociales y cognitivas de cada perro, preparándoles para aprovechar su vida con su familia al máximo.

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Plan de adiestramiento personalizado
Resultados duraderos

¡La diversión es la clave!

Especialmente cuando se trata de problemas de conducta, el estrés y la frustración pasan a formar parte inevitable de nuestras vidas con nuestros perros. En M·Power Dogs lo sabemos bien y por eso la mayor parte de nuestros planes de entrenamiento están diseñados para ser divertidos y sin estrés, sin por ello comprometer su efectividad.

Esto es posible porque asentamos las bases de nuestro entrenamiento alejados de la situación problemática, fortaleciendo las capacidades emocionales y sociales del perro en un entorno seguro para él, y afrontando su problema en la vida real una vez está preparado.

La diversion es la clave

Por qué elegirnos

Una forma innovadora e integradora de adiestrar e intervenir en el comportamiento canino

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Poniendo al perro en el foco central, no a su comportamiento.

Todo comportamiento ocurre bajo el contexto de un individuo en concreto. Por eso, nuestro enfoque situa a cada perro, no a su comportamiento, en el centro del análisis así como de su plan de intervención individualizado.

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Desarrollando las habilidades necesarias antes de abordar el problema real.

Exponer al perro a su problema es estresante para todos y no es el mejor momento de aprender respuestas conductuales más apropiadas.

De manera similar a la que uno va al gimnasio para fortalecerse y mejorar su rendimiento de cara a una competición, las capacidades emocionales se pueden mejorar fuera de la situación problemática mediante juegos divertidos (en lo que coloquialmente llamamos el "gimnasio emocional"), y luego, una vez trabajadas, ser transferidas a la situación problemática. De esta manera preparamos a los perros para el éxito, reduciendo a su vez el riesgo de recaídas y el estrés.

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Más allá de las relaciones de estímulo-respuesta

Centrándonos en proporcionar a los perros los recursos mentales que necesitan para impulsar el cambio buscado desde dentro.

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La relación social, el eje central de cada ejercicio

Desde una capacidad empática asombrosa hasta habilidades comunicativas muy detalladas, los perros están equipados con capacidades sociales excepcionales.
Buscamos la integración de las habilidades sociales innatas del perro directamente en cada plan de adiestramiento, alejándonos de las recompensas individuales y convirtiendo cada sesión de entrenamiento en una actividad cooperativa que perros y tutores realizan en equipo.

Dog giving a high five
Nuestro enfoque de adiestramiento

Nuestra ética

La mayoría de las corrientes populares en el adiestramiento canino se definen en base al uso o no de apetitivos (estímulos que un perro en concreto quiere en su vida) y aversivos (estímulos que ese perro preferiría no tener en su vida).
De esta manera, se suelen diferenciar tres corrientes principales: las de “entrenamiento positivo” (R+ o FF, force-free, en inglés), que solo usan apetitivos durante el adiestramiento; las “mixtas”, que utilizan tanto apetitivos como aversivos y las de “compulsión”, los que basan toda su estrategia de adiestramiento en el uso de aversivos. A menudo también se usa el eufemismo “métodos tradicionales” para referirse a los métodos que se centran principalmente en el uso de aversivos.
 
El problema con esta clasificación es que está principalmente basada en un modelo de adiestramiento que en mi opinión se centra demasiado en el condicionamiento operante (lo que coloquialmente se conoce como premiar o casticar).
Y yo creo en que la educación canina de calidad va mucho más allá de premios o castigos.
 
Por tanto, he elegido una perspectiva moral que me representa mejor:
 
Priorizar siempre el método menos invasivo que sea efectivo, teniendo siempre como objetivo principal la mejora del bienestar del perro.
 
Algo que tengo muy presente es que cuando tratamos con problemas emocionales en perros la línea de base nunca es “0”. No hacer nada *tiene* un efecto negative en el bienestar del perro o de la familia que les rodea, ya sea humana o canina.
Esto me insta a considerar la EFICACIA del método a escoger en la ecuación, porque no hacer nada que mejore el problema *tiene* efectos negativos!
La otra cosa que considero importante es la EFICIENCIA (la rapidez con la que un método empieza a dar resultados). Los perros no viven mucho tiempo. ¡Dos años de problemas emocionales supone sufrir el problema durante un 15-20% de sus vidas!
 
Por lo que, antes de elegir un método, o de cambiar a otro, siempre pongo en la balanza tres parámetros: INVASIVIDAD, sí, pero también EFICACIA y EFICIENCIA.

Por ello, siempre intento mantenerme abierta a otros métodos, usen o no enfoques más o menos invasivos, que puedan tener potencial para una mayor efectividad. Porque si hubiera alguno que pudiera impulsar una mejora más rápida y ahorrarnos ese tiempo de sufrimiento, creo que merece la pena considerarlo.

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